19 enero 2006

Mentiras fundamentales de la Iglesia católica

El libro "Mentiras fundamentales de la Iglesia católica", escrito por Pepe Rodriguez, muestra un análisis de las graves contradicciones de la Biblia y de cómo se ha manipulado ésta en beneficio de la Iglesia, por ejemplo:

En la Biblia, entre otras muchas cosas, se muestra, de modo claro e irrefutable, que:

· Dios no cree en la supervivencia postmortem de los humanos, ni tampoco en el infierno.
· Moisés no fue el fundador del monoteísmo, ya que él y su pueblo fueron monólatras.
· Los Diez mandamientos originales no son los mismos que afirma la Iglesia.
· El culto a las imágenes está absolutamente prohibido y se las califica de “espantajos de melonar”.
· Los apóstoles no creyeron en la “Inmaculada Concepción” de María (un dogma que no fue impuesto hasta 1854), ni en la personalidad divina de Jesús (decretada en el año 325).
· María, tras alumbrar a Jesús, ofreció un sacrificio expiatorio porque era impura según la Ley de Dios.
· María, la madre de Jesús, tuvo como mínimo siete hijos.
· Jesús fue un judío, fiel cumplidor de la Ley hebrea, que jamás instituyó -ni quiso hacerlo- ninguna nueva religión ni Iglesia. Jesús nunca fue cristiano ni, menos aún, católico.
· Jesús predicó que el “fin de los tiempos” era inminente, pero se equivocó.
· Jesús prohibió explícitamente el sacerdocio profesional.
· Jesús elevó a la mujer al rango de igualdad con el hombre y la hizo protagonista de algunos de los pasajes más fundamentales de su vida.
· Jesús no habló jamás de la doctrina de la “Santísima Trinidad”.
· Jesús fue ejecutado cuando tenía entre 41 y 45 años, no a los 33 de que habla la tradición.
· Jesús no pasó tres días y tres noches en su sepulcro, sino ¡un día y medio!, incumpliendo así su profecía más famosa.
· Los apóstoles no creyeron en la resurrección de Jesús (y sus relatos son muy incoherentes entre sí).
· Jesús mismo negó toda posibilidad de que pudiera volver al mundo tras su muerte (siendo imposible, por tanto, su presencia “real y verdadera” en el “sacrificio de la misa”).
· La figura del Papa es contraria a lo que predicó Jesús y Pedro jamás fue obispo de Roma.
· San Pablo afirmó que “Dios no habita en templos hechos por la mano del hombre”.
· Los sacerdotes deben ser “maridos de una sola mujer”.
· Etcétera

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